miércoles, 12 de septiembre de 2007

Vacio

Si me propondría relatar el día de hoy, o los sucesos que me ocurrieron en su transcurso, quedaría cabalmente demostrado el vacío que atañe a mi vida, lo poco que en ella ocurre: resaca, sabor amargo y boca seca al despertar, reconstrucción de los hechos del día anterior, no pasó nada, empezar a ver como trascurre el tiempo, minuto a minuto. Además, acompaña esta sensación de vacío retrospectivo la seguridad de que si fuera el mismísimo emperador de la China o el más hacendoso investigador científico del mundo, al despertar por las mañanas la idea que de mí tendría sería idéntica, tal vez sin resaca (pues no se puede ser mandatario chino o investigador científico siendo alcohólico (distinto sería si hubiera puesto como ejemplo: presidente de U.S.A. o presidente de facto argentino con ínfulas belicosas)).
He descubierto que la Vida Light me tiene los cojones por el suelo, las pelotas hinchadas.
Esto de vivir en el agnosticismo más profundo, descreído de la posibilidad de existencia de absolutos, infinitos y Dios, idolatrando la posibilidad de que la tecnología cobije todas nuestras necesidades se me ha vuelto insoportable. Me ha llevado al extremo de no amar nada que no sea yo mismo. Me han descubierto muchas mañanas tomando mate mientras escuchaba música electrónica (sí, leyó bien MÚSICA ELECTRÓNICA) ¿qué me cuenta?...¿vio lo que se consigue con perseverancia y dinero?. Lograron que yo... si yo, el poeta enamoradizo, cultor de las músicas más obscuras que venían al mundo, lector de las plumas prohibidas por los poderosos y opresores lea Clarín y escuche música electrónica, esperando que la computadora resuelva todos mis problemas sentimentales y espirituales.
Hay momentos en que envidio sanamente (si es que la envidia sana existe) a los refugiados religiosos, que serían aquellos que, sobrepasados por los acontecimientos, buscan resguardo bajo el ala de Dios ; a los felices monógamos, que más allá de un sistema legal de definir la familia aman realmente 1 (una) mujer ; a los que abrazan ciegamente una causa social o política y no vacilan un solo segundo de sus vidas si es bueno o malo el dogma defienden aún sin fundamento. Cuanto más lo analizo más convencido estoy de que solo ellos consiguen algo similar a la felicidad, y yo permanentemente inquisidor, descreído de todas las convicciones ajenas, haciéndolas ajenas aún cuando fueran mías, no consigo más que un permanente y profundo vacío. Soy como el insecto, que después de revolotear junto a la lámpara que me da la luz para escribir estas líneas se quemó con el foco y ya no vuela. ¿Sentirá dolor este minúsculo organismo? ¿Por qué el dolor es algo ajeno en mí? es parte de eso que fue mío y ya no, ya es distancia.
Es de público conocimiento que los humanos de cultura occidentalóide conocemos las cosas por su opuesto (frio/calor, luz/oscuridad) y yo siempre explicaba que el amor se conoce por el odio, cosa que me provocó varias rupturas sentimentales aunque nadie pudo rebatírmelo. Pero este vacío no encuentra su opuesto en el lleno y es que no existe el lleno espiritual, mismo los Playeros de estaciones de servicio se hacen este planteo metafísico cuando en lugar de saludar nos plantean: -“ ...se lo lleno, Don?”. Que míerda es el lleno que me hizo conocer este vacío? o mejor... ¿cómo conocí el vacío que me mostrará lleno? ¿estaré en la senda de la plenitud? ojo eh...
Demasiadas preguntas y lo único que estoy llenando es el papel. Pero vean Ustedes: el llenar el papel provoca el vacío de la birome... ¡¡¡¡¿habré resuelto así el dilema que me aquejaba?!!!! no lo sé... solamente saco en claro que lo verdaderamente recomendable es escribir un rato... aunque no solucione nada. Muy probable es que me haya convertido en la “Fría Bazofia Humana” que descubrió José Ingenieros en su El Hombre Mediocre cuando habla de lo que resulta del Hombre cuando se apaga el “Ascua Sagrada” y que para mal de males, según asegura José, una vez apagada no vuelve a encenderse...

No hay comentarios: