miércoles, 19 de septiembre de 2007

La triste historia de Román Basualdo

Una infusión tan cruel como es el Mate Amargo le traería problemas, lo sabía él y su entorno lo disimulaba bastante bien. Nunca nadie le dijo: -“Román, pará con el mate.” Aunque hubiera sido en vano, él era adicto ya. No concebía otra forma de pasar el tiempo que no fuera con una bombilla en la boca, con el sabor amargo que solamente conocen los que en esa adicción han caído. Román Basualdo, su primer actividad matinal, aún antes de ir al baño: poner la pava al fuego, y de allí casi nunca la dejaba enfriar. Llegó a consumir 2 kilos diarios antes de que el colon le estallara, pero hasta ese mismo día, el médico forense lo encontró con la bombilla en la boca.

1 comentario:

Santiago Garat dijo...

"Cuando la lluvia es fuerte los hombres se embarran y los cerdos van quedando limpios"
Saludos negros y...
Dale pa'delante que pa'trás sale sola!!!
(SG)