martes, 18 de septiembre de 2007

El Flagelo

La situación social de la Argentina tiene un termómetro, que aunque muchas veces desvaríe (propio de los años que posee) mide la temperatura de la sociedad con suma perfección: la Sra. Mirta Legrand. Desconozco que nivel de rating alcanzará por los mediodías actualmente pero desde que tengo uso de razón la insoportable mujer, que hace mucho más de una década es septuagenaria, nos trae a la mesa los temas de actualidad.
Me encontraba compartiendo la mesa de mis padres cuando de pronto la Señora de los mediodias en laTV, hablando con el Ministro de Salud de la Nación sobre el flagelo de la nueva droga llamada “Paco” y los daños provocados por su consumo en la juventud, dijo, muy suelta de cascos: “...además hay que hacer algo, porque ya no sólo se consume en las clases bajas.” mientras movía la cabeza de un lado a otro como si estaría lanzando al mundo un verdad irrefutable. Me atraganté con la milanesa y empecé a putear como loco ante la atenta mirada de mis progenitores y hermanas. Entonces, antes de darles la oportunidad de preguntarme por qué rompía yo el santo momento de la mesa familiar les explique: “esa mujer acaba de decir, con otras palabras, que antes se morían solamente los negritos pobres, y ahora, que se mueren chicos de mayor poder adquisitivo, había que tomar medidas.”, pero lo mejor vino cuando hube cesado en mis blasfemias y los argumentos a mi familia de porque las profería, volviendo a prestar atención a la “caja boba” estaba la Señora, como si no hubiera dicho nada dialogando ahora con el recién electo Gobernador de Chubut, Mario Das Neves, Mirta en poder de la palabra le decía a un atónito Das Neves: “...que terrible. Si yo fuera presidente las dos medidas más importantes que tomaría serían sobre la Inseguridad y el Paco.” En ese momento esperaba que los funcionarios allí presentes les dieran a entender a ésta mujer está más cerca del arpa que de la banda presidencial. Muy por el contrario, éstos ponían cara de circunstancia. La falta de sensibilidad social junto a falta absoluta de buen gusto reinaban ese mediodía en esa mesa tan lejana y, lamentablemente, tan cercana, ya que todos los mediodías aunque se haga el programa en la ciudad de La Plata queda a tiro de control remoto de la mayoría de los hogares de la Argentina. Por otro lado, no sé si serán de este tenor todos los coloquios que en ciclo que conduce esta Señora se mantiene, puesto que por cuestiones laborales no tengo la oportunidad de presenciar esta aberración televisiva durante el período suficiente cómo para arrojar un resultado definitivo, pero, Sra. Mirta, esos funcionarios que estaban compartiendo con Usted la mesa, debieron haber hecho algo mucho antes, no sólo con respecto al consumo de Paco, sino antes de que esas clases bajas hubieran llegado a ser bajas.
El Pueblo argentino debería demostrarle a esta mujer que además de saber elegir Gobernantes y Legisladores puede elegir no mirar los programas resultantes de una mujer que no conoce al Pueblo.
Sra. Legrand, el Pueblo conoció el problema cuando se le morían vecinos o familiares que deambulaban como muertos vivos en busca de alivio a la vida horrible que le esperaba cuando pase el efecto de la droga que irremediablemente lo mataría, gracias a la inacción de los funcionarios que comparten su mesa, y eso fue mucho antes de que Ud. descubra que esa droga llamada Paco ya no sólo era consumida por la clase baja, puesto que esta clase es, aproximadamente, la mitad de éste País en que, desgraciadamente, también vive Usted.

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